La idea de la muerte está presente en la obra de cualquier artista. En el caso de Hermann Hesse, con su marcada personalidad, nos revela este periodo de crisis a través de un personaje, alter ego del autor, que se desarrolla en un mundo entre lo real y lo absurdo.
Los mundos de Hesse tienen en la mística un hilo conductor. Y este libro, puede ser perfectamente, la puerta de entrada.
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